El precio del petróleo se desplomó recientemente, y afectó a todos: productores, exportadores, gobiernos y consumidores.
A nivel general, consideramos que esto es una “inyección” que estimula
la economía mundial. Teniendo en cuenta que nuestras simulaciones no
representan un pronóstico del estado de la economía mundial, concluimos
que habrá un aumento del PIB mundial de entre 0,3% y 0,7% en 2015,
respecto de un escenario sin caída de los precios del petróleo. No
obstante, esta situación compleja y cambiante no termina allí. En este
blog analizamos la mecánica del mercado del petróleo en la actualidad y
en el futuro, las consecuencias para diversos grupos de países y para la
estabilidad financiera, y cómo deben lidiar los encargados de formular
políticas con el impacto sobre sus economías.
En resumen:
• Concluimos que tanto los factores de oferta como los de demanda tuvieron un papel en la caída abrupta registrada desde junio.
Los mercados de futuros sugieren que el precio del petróleo repuntará,
pero se mantendrá por debajo del nivel de los últimos años. No obstante,
existe un nivel considerable de incertidumbre acerca de la evolución
que tendrán los factores de oferta y de demanda a medida que avance el
tiempo.
• Si bien todos los países experimentarán
la caída de distinta manera, hay algunos rasgos compartidos: las
economías avanzadas importadoras de petróleo (e incluso más los mercados
emergentes importadores de petróleo) están posicionados para
beneficiarse a partir de un aumento del ingreso de los hogares, menores
costos de insumos y mejoras en la posición externa. Los
exportadores de petróleo recibirán menos ingresos, y sus presupuestos y
los saldos de la balanza de pagos estarán en una situación de presión.
• Aumentaron
los riesgos relacionados con la estabilidad financiera, pero siguen
siendo reducidos. Las presiones monetarias, por el momento, se han
limitado a unos pocos países exportadores, como Rusia, Nigeria y
Venezuela. Teniendo en cuenta las conexiones financieras mundiales, estos cambios deben seguirse con mayor atención a nivel general.
• Los exportadores de petróleo tratarán
de suavizar el ajuste evitando un recorte abrupto del gasto fiscal. No
obstante, para los que no poseen fondos de ahorro y normas fiscales
sólidas, las presiones presupuestarias y de tipo de cambio podrían ser
importantes. Sin las políticas monetarias correctas, esto podría generar un aumento de la inflación y una mayor depreciación.
• La
caída del precio del petróleo constituye una oportunidad para que
muchos países reduzcan los subsidios a la energía y utilicen el ahorro para transferencias mejor dirigidas, y para que algunos aumenten los impuestos sobre la energía y reduzcan otros impuestos.
• En la zona del euro y en Japón, donde
la demanda es débil y la política monetaria convencional ya hizo casi
todo lo que puede hacer, es crucial aplicar los mensajes del banco
central sobre la orientación de la política monetaria para anclar las
expectativas de inflación a mediano plazo en un contexto de reducción de
los precios del petróleo.
También en este caso, nuestras
simulaciones del impacto de la caída del precio del petróleo no
representan un pronóstico del estado de la economía mundial de 2015 en
adelante. Esto lo haremos en la actualización de las Perspectivas de la
economía mundial (informe WEO, por sus siglas en inglés) del FMI de
enero, donde también analizaremos otras corrientes cruzadas que impulsan
el crecimiento, la inflación, los desequilibrios mundiales y la
estabilidad financiera.
A continuación, intentamos responder siete preguntas clave acerca de la caída del precio del petróleo.
¿Cuáles son los roles de los factores de demanda y oferta?
¿Qué persistencia tendría este cambio de la oferta?
¿Cuáles son los efectos probables sobre la economía mundial?
¿Cuáles son los efectos probables en los importadores de petróleo?
¿Cuáles son los efectos probables en los exportadores de petróleo?
¿Cuáles son las implicancias financieras?
¿Cuál debería ser la política de respuesta de los importadores y exportadores de petróleo?
¿Cuáles son los roles de los factores de demanda y oferta?
El precio del petróleo cayó casi un 50% desde junio, un 40% desde septiembre. El
precio de los metales, que en general reacciona a la actividad a nivel
mundial incluso más que el precio del petróleo, también se redujo,
pero mucho menos. Esta observación casual sugiere por sí sola que los
factores de oferta tuvieron un papel importante en la caída del precio
del petróleo.
Un análisis más cuidadoso respalda esa
conclusión. Las correcciones de la Agencia Internacional de Energía de
la demanda, combinada con estimaciones de la elasticidad a corto plazo
de la oferta de petróleo, sugieren que la menor demanda inesperada entre
ese momento y el actual solo explica la caía del precio entre un 20% y
un 35%.
Por el lado de la oferta, los datos
empíricos se refieren a diversos factores, lo cual incluye los aumentos
sorpresivos en la producción de petróleo, producto de una recuperación
más rápida que la esperada en la producción de petróleo de Libia en
septiembre y la producción no afectada de Iraq, a pesar de la agitación.
No obstante, entre los factores
más importantes están sin duda la decisión de Arabia Saudita, el mayor
productor de la OPEP, de no contrarrestar la oferta de petróleo, que
crece de manera sostenida, tanto de los países productores de la OPEP y
como de los que no forman parte de la organización, y la decisión
resultante de la OPEP en noviembre de mantener el límite de producción
colectivo de 30 millones de barriles por día, a pesar del exceso percibido.
El aumento sostenido de la producción
mundial de petróleo podría verse como “el perro que no ladró”. En otras
palabras, el precio se mantuvo en niveles relativamente altos a pesar de
la trayectoria ascendente en la producción mundial, a causa de la
percepción al momento de precio mínimo inducido por la OPEP. Sin
embargo, el cambio resultante del productor fluctuante (swing producer),
ayudó a activar un cambio fundamental en las expectativas acerca de la
evolución a futuro de la oferta mundial de petróleo, lo que a su vez
explica tanto el momento como la magnitud de la caída del precio, que se
acerca a un nivel de equilibrio de mercado competitivo. En 1986 se
registró una caída abrupta similar, cuando Arabia Saudita dejó
voluntariamente de ser el productor fluctuante lo que hizo que el precio
del petróleo disminuyera de US$27 por barril a US$14 por barril y que
no se recuperara hasta el año 2000, 15 años después.
Más allá de los factores tradicionales
relacionados con la demanda y la oferta, algunos mencionaron que la
“financiarización” —los inversionistas financieros toman el petróleo y
otros productos básicos como una clase de activo específico— y la
“especulación” contribuyeron a la caída de los precios. No encontramos
datos empíricos que indiquen eso. De hecho, según el informe más
reciente de la Agencia Internacional de Energía, los inventarios de
petróleo llegaron a su nivel más alto en dos años, lo que sugiere que
las expectativas son de aumento de los precios y no de reducción.
¿Qué persistencia tendría este cambio de la oferta?
Depende principalmente de dos factores:
El primero se refiere a si la OPEP, y en
particular Arabia Saudita, estará dispuesta a recortar la producción a
futuro. Esto, a su vez, depende en parte de los motivos detrás de su
cambio de estrategia, y de la importancia relativa de los factores
geopolíticos y económicos en esa decisión. Una hipótesis indica, ante
los aumentos sostenidos en la oferta proveniente de países que no forman
parte de la OPEP, para Arabia Saudita se hizo demasiado costoso ser el
productor fluctuante y mantener un precio alto. De ser así, y a menos
que la merma en los ingresos lleve a otros productores de la OPEP y a
Rusia a compartir los recortes de manera más amplia a futuro, es poco
probable que el cambio de estrategia se modifique a corto plazo. Otra
hipótesis sostiene que es posible que se trate de un intento de la OPEP
de reducir las ganancias, la inversión y en última instancia la oferta
de los países que no forman parte de la organización, algunos de los
cuales enfrentan costos de extracción mucho más altos que los
principales productores de la OPEP (véase el gráfico 4, la curva de
costo marginal a nivel mundial, que indica el costo de producción de un
barril adicional por tipo de extracción de petróleo).
El segundo se refiere a cómo responderán
la inversión y, a su vez, la producción de petróleo, a los menores
precios del petróleo. Hay datos empíricos que indican que el gasto de
capital en la producción de petróleo ha comenzado a disminuir. Según
Rystad Energy, el gasto de capital general de las principales empresas
petroleras es un 7% menor en el tercer trimestre de 2014 que en 2013.
Las proyecciones disponibles de la misma
fuente indican que los gastos de capital se reducirán de manera marcada
hasta 2017 inclusive. En el caso del petróleo no convencional,
como el petróleo de esquisto, (que actualmente representa 4 millones de
una oferta mundial de 93 millones de barriles por día), los precios de
equilibrio —el nivel de precio del petróleo en el que se justifica la
extracción— de las principales explotaciones de petróleo de
esquisto de Estados Unidos (Bakken, Eagle Ford y Permian) se ubican por
lo general por debajo de los US$60 por barril (véase el gráfico 5, que
muestra los precios de equilibrio de las explotaciones de petróleo de
esquisto de Estados Unidos).
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